domingo, 30 de mayo de 2010

A D E L A N T E

Hoy no era igual que ayer. Hoy se le habían apagado el brillo a las cosas, como si le bajaran el dimmer a la realidad. De pronto todos los proyectos, los caminos a recorrer y las acciones a tomar quedaban sepultadas bajo las cobijas. Sin embargo, logro sentirse cómodo con este abatimiento. Buscó de nuevo el calor en la cama e hizo fuerza por dormirse. No lo logró.
No era capaz de nada. Desde la punta de la frazada, con la cara a media asta, le pareció que sus acciones se disolvían antes de llegar a hacer efecto. Intentos débiles, como cuando uno se agarra a trompadas en un sueño y golpea sin hacer daño. Todavía en la cama, sin fuerzas para levantare, fue despertando la idea de estar enfermo. De no ir a trabajar. Volvió a pensar en la renuncia como un triunfo. Pero decidió hacerse el fuerte una vez más. Puso en la videograbadora una película de Steven Seagal contra un barco del IRA. Si él no podía salir adelante, vería entonces cine de acción todo el día. Un golpe cura otro golpe.El consumo de violencia, no tuvo el efecto esperado. Alteró su ritmo, lastimó una lámpara y se rompió una uña. Justo cuando volviá a dormirse, sonó el teléfono. Lo llamaban del trabajo, de un salto abandonó la cama. El peso de la rutina volvió a arruinar La Gran Idea de La Renuncia Universal. No quería pero volvió a salir adelante.

lunes, 24 de mayo de 2010

De cero.

A veces los segundos hieren más que los minutos o las horas, más que los días, los meses o los años. Esas puntas de aguja, esos residuos afilados, esas esquirlas temporales penetran en la piel o en el ánimo como limaduras de acero y, aun sin provocar heridas visibles, matan como puñales. Cuatro segundos de asfixia valen por cientos de horas de dolor. Dos segundos de humillación profesional anulan una carrera de éxito. Los cinco segundos de sufrimiento muscular que preceden al infarto son cinco siglos de amargura. No diremos nada de las décimas de segundo que en las pruebas deportivas separan al campeón del aspirante... Contamos los días en horas para hacernos la ilusión de que el tiempo, como el dinero o los afectos, tiene una porción de monedas olvidadas en los bolsillos, pero todo lo realmente importante nos sucede en cosa de segundos y aun siendo concientes, al otro día volvemos a empezar todo de cero.

domingo, 16 de mayo de 2010

No permitas que mi sonrisa se apague por actos cometidos irracionalmente, no permitas que el deseo de abrazarte se transforme en el de borrarte de mi corazón y simular que nunca exististe. No mates la ilusión del amor que me despiertas; no mates lo que hoy siento, por lo que mañana no quiero sentir.

martes, 4 de mayo de 2010

Voy a gritarle al mundo entero que te quiero;

Suavecito me pusiste todo en su lugar, suavecito, como juego para armar como al barro el alfarero, como brisa de aguacero conquistaste, suavecito. Colocaste besos justamente en el lugar suavecitos, cirugía para curar las heridas que dejo el pasado sin sanar, y en el caos de mi infierno instalaste tu gobierno y abrazaste suavecito.
Suavecito, fuiste casi imperceptible, sin prisas, de a poquito, colocaste tu bandera inamovible, suavecito, fuiste tan demoledor, pasito con pasito, tu paciencia arrolladora me salva, suavecito.
Suavecito fui ganando con saber perder, suavecito sin afanes de imponer, con la calma que viene del tacto como huella de gaviota, como se forma una gota me atrapaste, suavecito.

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